Por Emmanuel Sicre, sj
En
la experiencia espiritual suceden de manera muy integral, por no decir
compleja, cosas que muchas veces no nos esperamos. Acostumbrados como vivimos
generalmente a controlar casi todas las situaciones de nuestra vida se nos pasa
que esto resulta ser sólo una fantasía. ¿Por qué? Bueno, porque si miramos con
más detenimiento nuestra vida interior, pero también lo de afuera, empezaremos
a notar que es más aquello que sucede fuera del control de la conciencia que lo
que pasa dentro de los contornos de lo evidente.
En
este sentido, quisiera que pudiéramos caer en cuenta con humildad de que
nuestras acciones en verdad tienen un fondo vinculado a muchísimos aspectos de
la realidad que se nos escapan. Desde lo más hondo y desconocido del
inconsciente (aquél 90% del que hablan algunos entendidos), hasta los
movimientos estelares del universo donde la noche llama al día y viceversa,
pasando por la misteriosa contingencia de la libertad de los seres humanos que
habitamos el planeta, todo se amalgama en un entramado realmente imbricado de
matices. Este conjunto dinámico en donde todo está conectado con todo, resulta
un apasionante modo de comprender el mundo y nuestro lugar de criaturas en él.
Desconectarnos
de este conjunto hace que perdamos fuerza para caminar en nuestra vida.
Sin
embargo, nuestra cabeza siempre busca dar unas explicaciones a determinados
aspectos de la realidad para poder vivir. Entonces, están las teorías que dan
una mirada lógica a un campo visual de intereses. Sería tonto despreciar el
valor de la teoría, pero más tonto sería pensar que puede explicar, por lógica
y acabada que sea, toda la realidad. Por ello la teoría que cree que puede decirlo
todo se convierte en una ideología, es decir, en un sistema cerrado,
desconectado. No todo es susceptible de control gracias a Dios.
En
la vida espiritual pasa algo parecido. No todo lo podemos conceptualizar,
definir, clasificar. Sólo alcanzamos a través de los años a poner algunos
nombres que ayudan a movernos por una cierta zona de seguridad, mientras que el
resto se lo dejamos al trabajo de vivir de la confianza en la providencia del
buen Dios que obra en el tiempo.
En ese campo del no control, pero de la
vivencia sin nombres claros y distintos, se ubica una serie de actividades que
ayudan a disponer el corazón, la mente y el cuerpo a una experiencia espiritual
integradora. Aquí podríamos mencionar por ejemplo, el taichí, el chi kung, la
biodanza, sembrar, podar, hacer deportes, cantar y la técnica de pintar mandalas[1],
entre otras.
A esta última del mandala, si se la utiliza
como instrumento puede llevarnos a un buen puerto en la vida de oración. Más allá
de la rica simbólica del color en relación con las emociones vividas y de la
historia en sus diversos contextos, pintar mandalas en los retiros ignacianos o
Ejercicios Espirituales nos permite abandonar dulcemente la zona de control para dejar aflorar un segundo nivel más profundo.
Este
nivel más hondo es el taller del Espíritu de Dios. Él está siempre trabajando en lo secreto
de nuestra intimidad reparándonos los pliegues heridos del alma. Allí el buen
espíritu sana, cura, bendice, anima y alza nuestro pobre yo para que pueda
emerger en su lugar el cristo interior que somos. Entonces, cuando nos
entregamos a la pintura del mandala comenzamos a ceder en nuestros controles y
censuras conscientes para conectarnos con este segundo plano de la interioridad
donde se fragua la vida del espíritu en nosotros.
Pintando
de afuera hacia adentro es
que enviamos a nuestro centro vital la señal de ingresar allí. En efecto, si
queremos tocar la puerta de esa habitación espiritual profunda conviene ir
lentamente dejando que el colorido diseño nos vaya conduciendo despacio hacia
el punto de fuga que todo lo une en el centro del mandala. Si una música oportuna
y placentera acompaña la experiencia de la pintura, sumaremos un elemento más
que nos permitirá seducir la conciencia con ternura para que sea ella misma la
que se sume al movimiento de ir hacia lo desconocido a encontrarse con su
propia fuente.
Pintando
de adentro hacia afuera la
señal que enviamos es la contraria, es decir, la de salida del interior profundo
al afuera de la realidad compartida con los demás y que vivimos cotidianamente.
Una vez que hemos tomado contacto con nuestro centro vital podremos salir al
encuentro de la realidad donde convivimos con otros y ofrecerles del agua con
la que hemos calmado nuestra sed espiritual.
En este sentido, la técnica del mandala nos muestra el movimiento de Dios en nuestra
propia vida. En efecto, Dios está siempre trabajando en lo más íntimo de
nosotros mismos (como decía san Agustín) aun cuando dormimos (por eso los
sueños siempre traen mensajes que nos ayudan a interpretar lo que vamos
viviendo de cara a lo que Dios nos pide o nos quiere decir para nuestro bien); y
de allí pide salir al encuentro de nuestro yo profundo, de los demás y de la
creación para volver a ligar los hilos que nos unen a él en las cosas que él
mismo nos ofrece en su grandeza.
El resultado de la experiencia de pintar
mandalas está en la misma dirección del espíritu en los Ejercicios Espirituales. Me refiero a que no trabaja en
lo inmediato como nos acostumbra el mundo del consumo, el entretenimiento y la
retribución, sino en el proceso de transformación. Un mandala cada día al despertar, cada noche al ir a
dormir, o en un momento de tensión puede ayudarnos a descender al pozo de la
vida espiritual, o a salir del miedo y la confusión con fortaleza y confianza.
De a poco, nuestro camino de adentro hacia fuera
y viceversa se convierte en un sendero conocido para el discernimiento de lo que nos pasa, y que nos puede ligar nuevamente
con aquello que se nos quiebra en el diario contacto con lo real. Y así dejar que
brote como un tallo el cristo interior que nos habita.
[1] Uso habitual del mandala: http://www.guioteca.com/esoterismo/los-mandalas-que-son-y-que-significan-sus-formas-y-colores/
Historia del mandala: http://www.mandalacocreativo.com/que-es-un-mandala/definicion-e-historia/
Gracias Emma, muy bueno!!
ResponderEliminarUn mandalita cada tanto es un buen regalo para conmigo misma.
abrazo.
Gracias Belu, un abrazo gigante!!! Te cuidas!
EliminarCaro ragazzo, molto bello ciò che esce dal cuore, poichè davvero l'hai vissuto! Bravo!
ResponderEliminarGrazie caro per il tuo messaggio! Abbraccio!
EliminarQue bello!! Muchas gracias!!
ResponderEliminarMe gusta mucho tu forma de escribir y de expresar tu saber y tu sentir!!
Muchas gracias por tu comentario, Mercedes!
EliminarBendiciones!
Muchas gracias, justo lo que necesitaba escuchar en ese momento en que encontré este hermoso mensaje, me trajo de vuelta a mi corazón.
ResponderEliminarNuevamente gracias Emmanuel y bendiciones.
Muchas gracias, Elisa, por tu comentario. Saludos!
EliminarQuerido hermano, reconozco que menciona el uso de esta técnica entre otras, como "instrumento", pero me hubiera gustado que aclarara más y advirtiera sobre las corrientes que ideologizan con esto.. para que desde la invitación de Jesús estemos "atentos" y no llegamos a confundir técnicas como estas con ídolos (tan propuestos por el mundo actual).
ResponderEliminarAclaremos que el "bienestar y esa paz" de estas técnicas son pasajeras, nuestro mayor bien y verdadera paz y felicidad es vivir en unión con nuestro Dios-Amor, y que, el camino al que nos invita como discípulos.. es el de la cruz, el de la entrega amorosa por los hermanos, que termina en Resurrección (lejos de las propuestas de un "estado de tranquilidad" infecundo).
Lo que más me impactó en sentido negativo, es la fuente que nos comparte (sobre el uso habitual del mandala), ya que la pestaña donde se encuentra se llama "esoterismo", algo tan lejos de nuestra fe y nuestra Iglesia. Por favor, revise sus fuentes.
Y no me considero una persona cerrada, le pido al Señor que abra cada día más mi corazón, pero hace un tiempo me ha revelado que es una apertura, no a las "nuevas ideas o ideologías", sino.. al Espíritu, a la Buena Noticia (tan bella y revolucionaria desde el amor), a cada hermano y hermana, diferentes a mi, con sus historias sagradas, a mi misma, mis heridas,.. apertura desde su Misericordia..!
Bendito Jesús Resucitado en su vida! con cariño de hermana, Luciana
Gracias por tu comentario! Bendiciones!
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