martes, 13 de diciembre de 2016

PORQUE NOS DUELE, VEN, POR FAVOR, VEN PRONTO

Por Emmanuel Sicre, sj

Porque nos duele la guerra que no cesa, la de las armas, la de la lengua, la de los celos

Nos duelen los niños ultrajados, violentados, muertos
Nos duelen los políticos corruptos, inmorales, vividores
Nos duele cada gobierno que vende el Bien Común por unas monedas
Nos duelen las víctimas de la historia y la desmemoria
Nos duele la prensa mezquina, sucia, entrometida que se sienta en nuestra mesa
Nos duelen los abusos de autoridad en los trabajos, los esclavizados, los empobrecidos
Nos duelen los hermanos que no se dan cuenta del daño que hacen o que, aun sabiéndolo, no se detienen.
Nos duelen los revanchismos irracionales y las expresiones de venganza
Nos duelen que haya presos, cárceles, victimarios
Nos duelen las mujeres, las maltratadas, las asesinadas, las violadas
Nos duelen los refugiados segregados, apartados, discriminados
Nos duelen las minorías étnicas y sexuales condenadas
Nos duelen quienes hacen y venden armas y narcóticos para destruir la vida
Nos duelen los jóvenes que no despiertan a la vida y se las roban las redes, el alcohol y las drogas en los mercados de la muerte
Nos duelen los padres y madres que sólo son progenitores
Nos duele que todo se pueda comprar y vender, hasta lo más sagrado
Nos duele el círculo de violencia que no para, y nos duele saber que, pudiéndolo detener en lo cotidiano, cedemos al impulso de la agresión y el descrédito.
Nos duelen los líderes que traicionan sus ideales y no mueren por ellos
Nos duelen los comentarios de las noticias que destilan amargura, ira, rencor y furia insaciable contra quien sea
Nos duelen las etiquetas de clases sociales que estigmatizan y rompen la posibilidad de compartir el mismo destino
Nos duelen las democracias de baja intensidad, alta demanda y poco compromiso
Nos duelen los berrinches infantiles de los adultos que se niegan a crecer
Nos duelen los machismos arraigados en las fibras más finas del tejido social
Nos duelen las escuelas y universidades que no sirven ni forman para la vida
Nos duelen los hospitales y medicamentos que matan
Nos duele la ignorancia que engendra violencia sutil en cada comentario contra el otro
Nos duelen los de derecha y los de izquierda que han perdido la batalla del pensar
Nos duelen los escépticos decepcionados de todo que sólo habitan la casa de la desolación
Nos duelen los que nos mienten con descaro y no les importa ya nada más
Nos duelen los abatidos, los victimizados, los pisoteados en su dignidad
Nos duelen los enfermos, los abortados, los indeseados, los desahuciados
Nos duelen los que no reflexionan ni reconocen sus errores
Nos duelen los que no comen
Nos duelen los que viven en la calle
Nos duelen los que viven de los otros pudiendo ejercer su dignidad en el trabajo
Nos duelen los que no pueden salir de su mundo y desde ahí dictaminan el bien y el mal
Nos duele que no haya explicaciones para todo lo que padecemos
Nos duele que no podamos a pasar de todo
Nos duelen los extremismos, las polarizaciones, las trincheras, las manipulaciones
Nos duelen los que juzgan la vida del otro con arrogancia y desprecio
Nos duelen los individualismos miopes y llenos de avaricia
Nos duelen los maltratos a la Madre Tierra que llevarán al ser humano a su propia autodestrucción
Nos duelen los sistemas que deshumanizan y quiebran al hombre hasta desaparecerlo

Por eso, Ven Señor Jesús…
Ven pronto, ven cuanto antes…
No te detengas…
No tardes…
Ven a mostrarnos la Vida verdadera
Ven a abrirnos los ojos que estamos ciegos
Ven a despertarnos de este tiempo arrollador
Ven, atraviésanos con Tu Tiempo de esperanza, de paz, de amor…
Pero, por favor,
ven pronto!!!



domingo, 4 de diciembre de 2016

SOMOS UN TAPIZ DE HILOS DIVERSOS

Por Emmanuel Sicre, sj

Somos un tapiz de hilos diversos. Hilos con los que se teje lo que somos. Hilos que vienen del pasado, de la memoria, de los recuerdos lindos y de los feos. Hilos que vienen de nuestros hermanos y hermanas, padres y madres, abuelos y abuelas, hijos e hijas, con los que convivimos, y de aquellos que ya se fueron pero están en nuestra vida resucitados. Hilos de la realidad compleja que nos toca. Hilos de emociones que van y vienen, de sentimientos, de carácter. Somos un tejido de hilos distintos que se entraman para darnos esto que vamos siendo.
¿Cómo tejer una vida feliz? Compartiendo los hilos diversos, siendo hilos para vidas rotas, quitando los hilos que estaban y acomodando la armonía de los colores en un concierto de paciencia. La vida feliz es como un tapiz hecho con mano de artesano que, entre tiempo de hombres y tiempo de Espíritu, va recreando un rostro amigo en lo profundo de la propia historia. Ese rostro que emerge del tejido revela que fuimos creados a imagen del Hilo fundamental y más bello que une a todos los hombres en el gran tapiz humano: Cristo, nuestro Señor y Liberador.