domingo, 14 de octubre de 2018

DESPOJO Y DESNUDEZ

POR EMMANUEL SICRE, SJ

De vez en cuando es necesario
despojarse por varios instantes de lo más que se pueda.
Liberarse de los deseos y de las expectativas propias y ajenas,
Resignar los juicios y las comprensiones,
soltar a las personas encerradas en el propio corazón,
abrir las manos y abandonar lo agarrado,
aflojar la tensión de las articulaciones,
perder las pretensiones de ser amado,
desamparar el mundo y decirle: “hoy no puedo salvarte”,
dejar librado al tiempo todos y cada uno de mis proyectos,
soltar las capacidades y energías, dejarlas ir…
liberar el hilo mental que me une a las cosas,
a los intereses más humanos,
a las personas que más deseo.
Y dar aire al alma, al rostro,
dejar la posesión, tirar por el aire los billetes de mi riqueza,
desnudarme de mi propio poder y
darme dejándome tomar por lo real
y decir: “aquí estoy”.