“Donde hay peligro crece también lo que salva” Hölderlin
Hace poco recibí
una carta de un amigo en la que me escribía: “La
esperanza es la certeza de que lo mejor está por venir. Y por más que trabajemos,
no nos es lícito exigir ni esperar siempre los frutos de lo que hacemos.”Y me quedó resonando la contundencia de su convicción.
Después de terminar la carta se me ocurrió leer algunos medios de comunicación. Implacables contra todo y todos. Recordé algunos lugares de extrema pobreza e injusticia donde he tenido el honor de trabajar, tantas vidas robadas, tantos sueños cercenados, tanto dolor sin consuelo.
Estallé de ira y escepticismo contra todo tipo de esperanza. ¿“Lo
mejor está por venir”? Si al ver la
realidad que me rodea pareciéramos sin remedio ¿A quién se le ocurre tener
esperanza cuando la certeza de que “el hombre destruye al hombre” es cada vez
más clara? ¿Y encima no me es lícito
esperar los frutos de mis buenas obras, de mis intentos por un mundo mejor?
Caí en el silencio por
varios días. No encontraba contrargumentos a la certeza que había cosechado. Recé. Pensé. Callé. Traté de seguir
haciendo lo que me tocaba hacer sin pensar demasiado (¡como si esto fuera
posible!).
Hasta que poco a poco fue apareciendo la imagen del aquél
Sembrador que tiraba las semillas
por todos lados sin importarle dónde cayeran. Fuera en tierra fértil, entre las
espinas, las piedras, o al borde del camino, el Sembrador esparcía su semilla. Es más, no le importaba dónde caían.
Simplemente sembraba.
Así, comenzó a germinarme la frase de
la carta de mi amigo y se fue tornando cada vez más clara, más nítida al
corazón. La ira contra la esperanza cesó y creció una alegría no inventada.
Ahora podía ver que en estos tiempos
desconcertantes de crisis humanas y ecológicas, políticas e
institucionales, sociales y culturales, de futuros completamente improbables e
inciertos, la esperanza está en la
siembra gratuita. Quizá no sean
tiempos de ver con claridad, sino de confiarse en Él. ¡¿Cómo nos va a abandonar?!
Y cuando cada noche te vayás
a dormir hacé silencio dejando que brote la sensación de haber sembrado. Verás cómo Jesús arrima a tu corazón una
esperanza serena y pacífica que te hace descansar en su misericordia y confiar
en que su Padre sostiene el mundo y todos tus deseos. Él nos lleva. Dejate
llevar.
Gracias!!!!
ResponderEliminarIncreible y me encanta porque me deja pensando, me renueva y me hace confiar!
Lo importante es sembrar para que otros recojan, así como nosotros recogemos lo que otros sembraron antes que nosotros.
ResponderEliminarHay una canción que dice: "Tienes que encender una luz, aunque sea pequeña".
Gracias... ayudás a rezar...!
ResponderEliminarEs una paz increíble la que nos deja ésta reflexión...me dejo llevar..gracias!!!
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