Por Daniel
Spotswood, sj (USA) y Emmanuel
Sicre, sj (ARG)
1. Ubicación en el lugar en círculos en el centro la cruz
con los 4 elementos.
2. Disponernos
para la oración. Relajación música tranquila.
3. Leer el Cántico de las criaturas por San Francisco de Asís
1. Altísimo y omnipotente buen
Señor,
tuyas son las alabanzas, la
gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de
pronunciar tu nombre.
2. Alabado seas, mi Señor, en
todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano
sol,
por quien nos das el día y nos
iluminas.
Y es bello y radiante con gran
esplendor,
de ti, Altísimo, lleva
significación.
3. Alabado seas, mi Señor, por la
hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y
preciosas y bellas.
4. Alabado seas, mi Señor, por el
hermano viento
y por el aire y la nube y el
cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas
das sustento.
5. Alabado seas, mi Señor por la
hermana Agua,
la cual es muy humilde, preciosa
y casta.
6. Alabado seas, mi Señor, por el
hermano fuego, por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y
fuerte.
7. Alabado seas, mi Señor, por la
hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con
coloridas flores y hierbas.
8. Alabado seas, mi Señor, por
aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y
tribulación;
bienaventurados los que las
sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados
serán.
9. Alabado seas, mi Señor, por
nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente
puede escapar.
10. Ay de aquellos que mueran en
pecado mortal.
Bienaventurados a los que
encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les
hará mal.
11. Alaben y bendigan a mi Señor
y denle
gracias y sírvanle con gran humildad... Amén.
1. Dios Creador del
Universo entero que tu agua nos bautizas.
Te damos gracias
por todo lo creado para el bien de cada ser humano de la Tierra.
Gracias por el
tiempo que se hace historia y nos acoge en su regazo
Gracias por el
espacio que hace del mundo nuestra casa común
Gracias Señor del
Cielo por lo que recibimos de quienes cultivan, siembran y protegen la tierra a
diario,
Gracias por lo que
nos das en quien engorda los animales que comemos,
Gracias por nuestro
cuerpo, mediación simbólica del mundo entero.
Gracias por tener
un lugar donde habitar dignamente, por el dinero que recibo, por las
mediaciones que la Compañía me regala para formarme.
2. Te damos gracias
Señor por la paciencia con la que esperas que nos demos cuenta de que somos
criaturas tuyas,
Gracias Señor por
la posibilidad de reconocerte presente en las criaturas y activo trabajador en
pos del hombre que tanto amas.
Gracias por
hacernos cocreadores a imagen tuya.
Gracias Señor por
la sabiduría que nos regalas en el Libro de la Naturaleza y por la incansable
bondad con la que nos enseñas a cuidar de lo creado.
Gracias también por
darnos la inteligencia para protegernos de lo que nos daña, y sufrir con
compasión el ser limitados y frágiles peregrinos en el mundo.
Gracias finalmente
porque no nos dejas solos arrojados a la existencia sino que nos cuidas, nos
guías, nos instruyes y nos acompañas. AMÉN.
CANTO: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS SEÑOR…
Ahora demos Gracias por los demás seres humanos.
1. Padre Nuestro,
gracias por la humanidad que somos y por ser el aire con el que respiramos tu
presencia entre los hombres.
Gracias Padre por
hacernos tus hijos en Jesucristo, nuestro hermano mayor.
Gracias por cada
ser que habita esta tierra.
Gracias por los
ancianos que acunan la sabiduría de los pueblos con alegría y nos enseñan a
sufrir con paciencia las dificultades de la existencia.
Gracias por
nuestros padres, los presentes y los ausentes, porque por medio de ellos hemos
recibido la vida.
Gracias por
nuestras familias que nos tejieron para ser hombres de verdad.
Gracias por
nuestros hermanos de sangre que nos abren a la fraternidad universal que nos
propones en tu Hijo.
Gracias por
nuestros amigos que nos enseñan la gratuidad auténtica en el compartir la vida.
Gracias por los
niños que nos bajan de nuestras pretensiones exacerbadas para señalarnos
el camino del Reino.
2. Gracias por
nuestros compañeros jesuitas, los que amamos y los que aguantamos, porque nos
muestras que tu llamado es más generoso que nuestras limitaciones.
Gracias por las
personas que más nos cuestan porque nos invitas a expandir nuestra paciencia, a
agrandar el corazón y a sentir cuánto se nos soportan nuestras miserias.
Gracias por la
inagotable fuente de amor con la que perdonas nuestras ofensas, explícitas o
encubiertas, gracias por la paciencia con la que esperas que nos demos cuenta
de que no debemos juzgarnos entre nosotros.
Gracias Señor por
invitarnos a una justicia que va más allá de los merecimientos despertándonos
al amor.
Te damos gracias
Señor por la alegría que nos regalas cuando nos encontramos profundamente con
alguien que nos abre los ojos, resucitándonos.
Te damos gracias
Padre Nuestro porque cuando trabajamos por tu Reino nos sentimos hijos,
hermanos y padres dispuestos a darlo todo. AMÉN.
CANTO: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS SEÑOR…
Ahora demos GRACIAS por el misterio de la vida de Dios en
nuestra vida.
1. Dios del fuego
que alumbras las tinieblas y traes luz a los corazones,
Gracias por el
misterio que envuelve nuestra existencia.
Gracias porque no
podemos atraparte, encerrarte, ni conceptualizarte, y nos mantienes siempre en
búsqueda de ti.
Gracias porque nos
muestras que en la apertura está la posibilidad de encontrarte.
Gracias porque nos
invitas a discernir cómo te haces presente entre nosotros a través de tus
mociones.
Gracias porque con
tu Hijo, nuestro hermano Jesús, nos diste la clave para distinguirte actuando y
haciendo Reino en medio de la Historia.
2. Gracias porque
los pobres seremos saciados, los que lloramos reiremos, los que sufrimos
seremos consolados, los cansados seremos aliviados, los perseguidos seremos
recibidos por ti.
Gracias porque en
la humillación nos muestras el camino de la humildad.
Gracias porque para
ser ensalzados debemos humillarnos, para ser engrandecidos empequeñecernos, y
para ser elevados abajarnos.
Gracias porque con
tu luz disipas las tinieblas de nuestro corazón en el momento de la lucha
espiritual.
Gracias Padre del
Cielo y de la Tierra porque has revelado los misterios del Reino a los humildes
y pequeños.
Amén.
CANTO: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS SEÑOR…
Por último demos GRACIAS por cada uno de nosotros mismos.
1. Dios que de la
tierra insuflada con tu soplo nos hiciste
Te doy gracias por
mí mismo, por haber venido a este tiempo y a este espacio.
Gracias por mi
cuerpo y sus posibilidades
Gracias por mi
carácter y mis modos de ser
Gracias por mis
deseos y aspiraciones
Gracias por mis
oídos con los que me puedo escuchar tu voz, mi voz y la de los hermanos.
Gracias por mi boca
con la que puedo saborear los alimentos y la Palabra que viene a nutrirme de
ti.
Gracias por mis
ojos con los que puedo ver el mundo y lo que haces en él para bien de los que
te amamos.
2. Gracias por mi
piel con la que puedo sentir dando y recibiendo las texturas del cariño, el
afecto y el abrazo.
Gracias por mi
nariz con la que puedo oler descubriendo los matices de lo real olfateando lo
que me hace bien y lo que mal.
Gracias Señor
por mi mundo interior sede del encuentro
con el Espíritu con el que tomo las decisiones que me acercan a Ti.
Gracias Señor por
mis trabajos, mi estudio, mi apostolado y mi gustos.
CANTO: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS SEÑOR…
5.
Ahora
haremos meditación sobre el pecado social con las palabras de Laudato Si
En la encíclica Laudato Si, el papa Francisco dice que
“la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente
conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra. Según la Biblia, las tres
relaciones vitales se han roto, no sólo externamente, sino también dentro de
nosotros. Esta ruptura es el pecado. La armonía entre el Creador, la humanidad y todo lo creado fue
destruida por haber pretendido ocupar el lugar de Dios, negándonos a
reconocernos como criaturas limitadas. Este hecho desnaturalizó también el
mandato de “dominar” la tierra (Gn 1,28) y de “labrarla y cuidarla”(Gn 2,15).
Como resultado, la relación originariamente armoniosa entre el ser humano y la
naturaleza se transformó en un conflicto (Gn 3,17-19). Por eso es significativo
que la armonía que vivía san Francisco de Asís con todas las criaturas haya
sido interpretada como una sanación de aquella ruptura. Decía san Buenaventura
que, por la reconciliación universal con todas las criaturas, de algún modo
Francisco retornaba al estado de inocencia primitiva. Lejos de ese modelo, hoy
el pecado se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en las guerras, las
diversas formas de violencia y maltrato, el abandono de los más frágiles, los
ataques a la naturaleza. (66).
¿Dónde
están las rupturas en nuestras relaciones con Dios, con el prójimo y con la
tierra?
1.) La
ruptura social con el agua (con lo recibo en la creación):
“Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible,
en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso,
convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado. En realidad,
el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y
universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es
condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una
grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque
eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa
deuda se salda en parte con más aportes económicos para proveer de agua limpia
y saneamiento a los pueblos más pobres. Pero se advierte un derroche de agua no
sólo en países desarrollados, sino también en aquellos menos desarrollados que
poseen grandes reservas. Esto muestra que el problema del agua es en parte una
cuestión educativa y cultural, porque no hay conciencia de la gravedad de estas
conductas en un contexto de gran inequidad” (30).
2.) La
ruptura social con el aire (con el bien común):
“El clima es un bien común, de todos y para todos. A nivel global, es
un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para la vida
humana. Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos
encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático. En las
últimas décadas, este calentamiento ha estado acompañado del constante
crecimiento del nivel del mar, y además es difícil no relacionarlo con el
aumento de eventos meteorológicos extremos, más allá de que no pueda atribuirse
una causa científicamente determinable a cada fenómeno particular. La humanidad
está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos
de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, al
menos, las causas humanas que lo producen o acentúan. Es verdad que hay otros
factores (como el vulcanismo, las variaciones de la órbita y del eje de la
Tierra o el ciclo solar), pero numerosos estudios científicos señalan que la
mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran
concentración de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano,
óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de la actividad
humana. Al concentrarse en la atmósfera, impiden que el calor de los rayos
solares reflejados por la tierra se disperse en el espacio. Esto se ve
potenciado especialmente por el patrón de desarrollo basado en el uso intensivo
de combustibles fósiles, que hace al corazón del sistema energético mundial.
También ha incidido el aumento en la práctica del cambio de usos del suelo,
principalmente la deforestación para agricultura.
3.) La
ruptura social con el fuego (con el misterio):
“No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada” (67).
“Cuando el ser humano se coloca a sí mismo en el centro,
termina dando prioridad absoluta a sus conveniencias circunstanciales, y todo
lo demás se vuelve relativo. Por eso no debería llamar la
atención que, junto con la omnipresencia del paradigma tecnocrático y la
adoración del poder humano sin límites, se desarrolle en los sujetos este
relativismo donde todo se vuelve irrelevante si no sirve a los propios
intereses inmediatos. Hay en esto una lógica que permite comprender cómo se
alimentan mutuamente diversas actitudes que provocan al mismo tiempo la degradación
ambiental y la degradación social. . .
Es también la lógica interna
de quien dice: ‘Dejemos que las fuerzas invisibles del mercado regulen la
economía, porque sus impactos sobre la sociedad y sobre la naturaleza son daños
inevitables’” (122-123).
“La protección ambiental no puede asegurarse sólo en
base al cálculo financiero de costos y beneficios. El ambiente es uno de esos
bienes que los mecanismos del mercado no son capaces de defender o de promover
adecuadamente. Una vez más, conviene evitar una concepción mágica del mercado,
que tiende a pensar que los problemas se resuelven sólo con el crecimiento de
los beneficios de las empresas o de los individuos (190).
“Un mundo frágil, con un ser humano a quien Dios le
confía su cuidado, interpela nuestra inteligencia para reconocer cómo
deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder” (78).
4.) La
ruptura social con la tierra (con mí mismo):
“Nuestro cuerpo nos pone en relación directa con el
ambiente y con los demás seres humanos. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger
y aceptar el mundo entero como don del Padre y casa común; en cambio una
lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces
sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio
cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una
verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su
femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el
encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don
específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse
recíprocamente.” (155).
6.
Hacemos nuestros pedidos de perdón
Perdónanos
Señor por nuestras rupturas contigo, con nuestros hermanos y con nosotros
mismos…
Canto:
Perdónanos Señor
Perdónanos
Señor cuando perdemos el don de admiración y asombro, y nos olvidamos de
reconocer la creación de Dios como regalo…
Perdónanos
Señor
Perdónanos
Señor cuando nos desentendemos de los pobres que sufren de manera
desproporcionada de los efectos del cambio climático, y no aportamos con gestos
cotidianos a la creación de una conciencia más justa para aliviar este dolor...
Perdónanos
Señor
Perdónanos
Señor por la falta de solidaridad entre nosotros en el trabajo para proteger
nuestro hogar común…
Perdónanos
Señor
7. para
concluir oremos con la Iglesia la oración que nos propone el Papa:
Oración por nuestra
tierra
Dios omnipotente,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.
Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y
hermanas
sin dañar a nadie.
Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra
que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo
y no depredadores,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.
Toca los corazones
de los que buscan sólo beneficios
a costa de los pobres y de la tierra.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa,
a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos
con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
por la justicia, el
amor y la paz.
Muchas gracias a quien publicaron estas hermosas oraciones. En comunión y un mismo Espíritu que nos hermana.
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