“Acerca tu mano:
métela en mi costado” Jn 20,27
que por medio de las
manos de tu Hijo
salvaste y sanaste,
ven con tu Espíritu
y purifica mi sentido
del tacto.
Concédeme la gracia,
Señor,
de reconocer tu presencia
en cada persona
en cada ser
en cada cosa
que toque y me toque.
Purifica mi tocar
para que pueda pasar
de la sensualidad que
esclaviza
al verdadero placer de
la sensitividad.
Para que el deseo de
poseer egoísta
se convierta en gesto
de donación
a los otros en el
Otro.
Ayúdame, Jesús, a
descubrir
tu mano sanadora para
que,
por medio de mi tacto
pueda comunicar el
amor…
pueda relacionarme con
el mundo…
Dame la gracia
de abrazar y ser
abrazado,
de acariciar y ser
acariciado,
porque estando contigo
en el otro
eres tú quien me
acaricia y abraza.
Quien me da paz y me
consuela.
Permite Padre,
que la rudeza de la
pobreza,
de la enfermedad
del sufrimiento
eduquen mi tacto
para besar y cuidar en
tu Nombre
a los que más te
necesitan,
para que mi
sensitividad me conduzca a la sensibilidad.
Gracias Dios, por
sentirte
y comunicarte conmigo,
a través de este
sentido.
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