que no olvide que el ver es un regalo y te alabe
por ello;
que mis ojos vean con la inocencia de los niños que
empiezan a configurar el mundo
para que no mire sin, primero, ver;
que las cosas me hablen de su Creador cuando las
mire:
que la sensualidad no pervierta lo que buscan mis
ojos;
que mi mirada acune al pobre y al indigente sin
desprecio; y a mis compañeros de camino con aceptación;
que no busque con mis ojos ser mirado;
que con tu gracia aprenda a mirarme por dentro y
por fuera;
que mire mi pecado con la misericordia de tus ojos;
que vea en las uvas el preludio de tu sangre y en
el trigo el anticipo de tu cuerpo resucitado;
que mi mirada transparente tus ojos;
que cuando me preguntes como al ciego de Jericó;
“¿Qué
quieres que haga por ti?”
Te responda:
“Señor, que
vea otra vez”…
porque la ambición de
éxito nubló mi mirada haciéndome buscar lo superficial;
porque las imágenes de
este mundo me atropellan la conciencia y hieren mi inocencia;
porque me cegó el
egoísmo y me olvidé de mi hermano;
porque mi ignorancia
opacó la belleza de tu Creación.
¡”Señor, que yo vea otra vez”!
para alabarte y
bendecirte.
para el día del cara a
cara con vos…
para volver mis ojos
al cielo
y descubrirte
salvándome, salvándonos…
Qué belleza Emma, me encantó! Lo voy a imprimir para rezarlo a diario. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Unknown! un abrazo!
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