despojarse por
varios instantes de lo más que se
pueda.
Liberarse de los
deseos y de las expectativas propias y ajenas,
Resignar los
juicios y las comprensiones,
soltar a las
personas encerradas en el propio corazón,
abrir las manos
y abandonar lo agarrado,
aflojar la
tensión de las articulaciones,
perder las
pretensiones de ser amado,
desamparar el
mundo y decirle: “hoy no puedo salvarte”,
dejar librado al
tiempo todos y cada uno de mis proyectos,
soltar las
capacidades y energías, dejarlas ir…
liberar el hilo
mental que me une a las cosas,
a los intereses
más humanos,
a las personas
que más deseo.
Y dar aire al
alma, al rostro,
dejar la
posesión, tirar por el aire los billetes de mi riqueza,
desnudarme de mi
propio poder y
darme dejándome
tomar por lo real
y decir: “aquí
estoy”.
Muy bueno!
ResponderEliminarSoltar a las personas encerradas en nuestro corazón: hacerlas libres.Para acompañarlas como son.
Me encantó.
Excelente
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